Malas posturas afectan negativamente a la salud
¿Mantienes una buena higiene postural en tu día a día? A lo largo de la jornada, nuestro cuerpo adopta diferentes posturas en función de la actividad que realizamos. Para mantener una buena salud, y no sufrir dolores de espalda y articulaciones, es importante evitar las acciones demasiado forzadas, mantenidas durante mucho tiempo o los movimientos repetitivos.
Existe una continua tendencia hacia el diseño de puestos de trabajo en posición sentada, sobre todo desde la revolución informática y el uso habitual de pantallas de visualización de datos. En la actualidad son muchos los trabajadores y trabajadoras que pasan largos periodos de su jornada en posición sentada. Según los resultados de la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo (2017), casi un 30% de los trabajadores afirma trabajar sentado, ya sea sin levantarse casi nunca (17,2%) o levantándose frecuentemente (12%). Una comparación con los resultados de la III Encuesta (1997) muestra que el porcentaje de personas que trabajan sentadas sin levantarse casi nunca se ha incrementado en cuatro puntos.
Como consecuencia de una postura inadecuada, pueden desarrollarse trastornos musculoesqueléticos, que son molestias, dolores o incomodidades que afectan a varias zonas del cuerpo.
Principales causas en el trabajo
Aunque pueden ser varias, en el trabajo se destacan las siguientes:
- Movimientos repetidos
- Levantar o transportar cargas
- Movilización manual de personas
- Posturas inadecuadas
- Aplicar fuerza
¿Cómo afecta tener malas posturas en la oficina?
Entre un 60% y un 90% de la población es susceptible a padecer dolores lumbares o cervicales en algún momento de su vida por cuestiones laborales.
El ritmo de trabajo de las oficinas obliga a los empleados a permanecer mucho tiempo sentados lo que puede parecer inofensivo y hasta cómodo; sin embargo, a largo plazo puede causar problemas de salud, sobre todo cuando se tienen malas posturas.
Las malas posturas afectan negativamente a la salud, provocando tensiones musculares, dolores articulares, desalineación de la columna vertebral, reducción de la circulación y deterioro de la función pulmonar. Contribuye a la fatiga, los dolores de cabeza, los problemas digestivos y agrava enfermedades preexistentes como la artritis. Además, una mala postura afecta al estado de ánimo, la autoestima y la productividad laboral. El ejercicio regular, los ajustes ergonómicos y la práctica de posturas correctas al sentarse, levantarse y caminar son esenciales para prevenir estos efectos perjudiciales.