El esguince de tobillo es una lesión común que puede causar dolor y limitar la movilidad de la articulación. Muchas personas cuando se hacen un esguince de tobillo no saben a quién deben acudir, no saben qué deben hacer, si deben ponerse frío o calor, si deben ponerse una venda o no… El quiromasaje ha demostrado ser una técnica efectiva para manejar esta lesión, ayudando a reducir el dolor, la inflamación y acelerar el proceso de rehabilitación.
¿Qué es un esguince de tobillo y en qué consiste?
Un esguince de tobillo es una lesión que afecta a los ligamentos del tobillo. Los ligamentos son bandas elásticas de tejido que conectan los huesos entre sí y proporcionan estabilidad al tobillo. Cuando estos ligamentos se estiran demasiado o se rompen, se produce un esguince.
La gravedad de un esguince puede variar desde un estiramiento leve hasta una rotura completa. Es esencial comprender la naturaleza de esta lesión para garantizar una recuperación adecuada y evitar complicaciones futuras.
Clasificación esguinces.
- Grado I: Leve. Representa una distensión o roturas microscópicas del ligamento.
- Grado II: Moderado. Rotura parcial del ligamento.
- Grado III: Severo. Es una rotura completa del ligamento.
Fases de recuperación de un esguince de tobillo.
Fase aguda inflamatoria. Primeros días tras la lesión: el tobillo experimentará inflamación y dolor. Es esencial aplicar hielo, mantener el tobillo elevado y limitar la movilidad para reducir la hinchazón. El uso de vendajes compresivos también puede ayudar en esta fase. Se recomienda evitar el calor, el alcohol y reposo.
Fase de reparación. Regeneración del tejido: Es crucial seguir las recomendaciones del fisioterapeuta y comenzar con ejercicios suaves para mejorar la movilidad y la fuerza del tobillo.
La aplicación de calor con diatermia es beneficiosa en esta etapa para aumentar el flujo sanguíneo y acelerar el proceso de curación.
Fase de remodelación. Fortalecimiento y prevención: el objetivo es fortalecer el tobillo y prevenir futuras lesiones. Se introducen ejercicios más avanzados y se trabaja en la propriocepción, que es la capacidad del cuerpo para percibir su posición en el espacio.
Cómo evitar recaídas y nuevas lesiones.
Si hemos desoído las indicaciones de nuestro médico o, directamente, no hemos acudido a él, estaremos delante de un esguince de tobillo mal curado que presentará recaídas. Sin embargo, de la misma forma que podemos tratar una torcedura en su etapa inicial, podemos hacerlo cuando ya es crónica.
Deberemos:
- Fortalecer el tobillo: Para ello, realizaremos ejercicios isométricos, propioceptivos y con banda elástica para reforzar esta zona y, de esta forma, caminar con normalidad. Para evitar complicaciones, será necesario acudir a un fisioterapeuta.
- Estabilizar la zona: Cuando caminemos o realicemos algún tipo de actividad física, es posible que el tobillo se resienta y apoyemos mal el pie. En estos casos, es conveniente recurrir a tobilleras.
- Llevar un calzado adecuado: El uso de zapatos o zapatillas que no se adapten a nuestro pie es, muchas veces, la causa de que perdamos estabilidad y suframos un esguince de tobillo. Por eso, es recomendable optar por calzado cómodo y evitar, en la medida de lo posible, tacones altos.