Históricamente, el agua del mar es conocida por curar dolencias tanto del cuerpo como del alma. Toda la historia comenzó con los médicos ingleses que empezaron a avalar la curación con agua fría como mejora de la circulación, tratamiento de enfermedades y tratamiento de la melancolía. Las capacidades curativas del mar siguen inspirando nuestras mentes y almas para relajarse y rejuvenecer. Algunos informaron de la mejora de las condiciones de la piel durante un viaje nadando. Aunque el agua del océano tiene muchos beneficios, tiene ciertos peligros.
El agua del mar, a diferencia del de las piscinas de agua salada, no solo contiene sal. Además, cuenta con otros minerales y oligoelementos como el zinc, el magnesio, el potasio o el yodo que también provocan un efecto antibiótico. «Va muy bien para mejorar la cicatrización de pequeñas heridas, rozaduras y cortes. En cambio, si las heridas son de gran tamaño o se trata de quemaduras o úlceras, es mejor evitar el agua de mar. Además, si hay una infección en curso en alguna de estas lesiones de la piel, el agua de mar puede ser contraproducente, ya que también contiene bacterias que pueden agravarla»
Algunos mitos que rodean al agua de mar
- Nadar más tiempo aumenta los beneficios que nos aporta: una mentira extendida, puesto que el tiempo recomendado de los baños al mar se de unos 10-15 minutos.
- Cuánto más caliente esté, peor: no es necesariamente cierto, puesto que la temperatura no se un factor determinante a la hora de obtener los beneficios que el mar nos puede aportar.
- No lavarnos la sal después de bañarnos: uno de los mitos es que es recomendable dejar la sal que nos queda a la piel después de bañarnos. Al contrario de la realidad, puesto que lo mejor es pasar por la ducha de agua dulce para limpiarnos y evitar que se nos sequen los cabellos y la piel sufra.
- Las piscinas saladas y los baños de sal de mar son comparables a nadar al mar: fuera de su entorno natural, el agua tan sólo conserva sus propiedades beneficiosas durante 24 horas.
Beneficios sobre la piel
- Efecto antioxidante que contribuye a paliar el envejecimiento de la piel.
- Efecto cicatrizante y desinfectante.
- Actualmente sabemos que proporciona una mejoría muy significativa en pacientes que padecen psoriasis, (cerca de 2% de la población la sufre en España) y eccema atópico por su poder antiinflamatorio.
Beneficios sobre las vías respiratorias
La brisa marina está mucho más libre de impurezas que el aire que respiramos en las grandes ciudades, más contaminado y con mayores índices de CO2. En la orilla del mar, respirar profundo y darnos un chapuzón nos proporcionará muchos beneficios, por el contenido en yodo y porque ayuda a limpiar las vías respiratorias.
De hecho, al respirar esta brisa marina, el ritmo cardíaco se hace más lento y mejora la circulación periférica, aumenta la amplitud de los movimientos respiratorios, mejorando la ventilación pulmonar, aumenta la hemoglobina y hematíes y fijación de oxígeno.
Beneficios para el sistema musculo – esquelético
Un paseo a buen ritmo por la playa: a unos 5-6 Km/h, irá adaptando nuestro organismo y tonificando la musculatura de piernas y muslos. Incluso si se hace un poco de esfuerzo y se sube un poco de pendiente también se tonificarán los glúteos
Beneficios sobre el sistema nervioso
Tras un largo periodo laboral, empezamos las vacaciones con la esperanza de recuperarnos y volver con las pilas cargadas, sin embargo, en muchas ocasiones no conseguimos “desconectar” tanto como quisiéramos.
“Cuando conseguimos liberarnos de esa carga de estrés, somos capaces de disminuir el ritmo cardíaco, el nivel de ansiedad y mejorar el sueño”.