Una sobreexposición al sol en horas que no son aconsejables por los expertos puede provocar golpes de calor o quemaduras severas en la piel, especialmente en aquellos momentos en los que el sol calienta más y nos encontramos deshidratados.
La radiación solar se compone de diferentes tipos de rayos, entre ellos los rayos UVA y UVB, que son los principales responsables de los daños en la piel. La exposición excesiva a estos rayos puede provocar quemaduras, manchas, envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Sí. La intensidad de la radiación depende de varios factores, uno de ellos es la altura. Cuando el sol se encuentra en su punto más alto es cuando mayor cuidados hay que tener. Esto se produce durante las horas previas y posteriores al mediodía. Ahí es cuando el índice UV es más elevado y es por este motivo que hay que evitar exponerse entre las 10 y las 16 horas.
Los momentos más aconsejables para tomar el sol de manera segura son al comienzo del día desde las 9 hasta las 12 y al final del día, a partir de las 5 de la tarde, ya que los rayos del sol inciden de forma perpendicular y podemos exponernos a él sin riesgo de sufrir quemaduras.
También debes tener en cuenta tu tipo de piel, ya que hay algunas mucho más sensibles que otras. Por ejemplo, las personas pelirrojas y rubias tienen una capacidad muy baja para tolerar la radiación solar; los castaños tienen una tolerancia normal; mientras que las personas morenas o de piel oscura tienen una mayor tolerancia.
Independientemente del tipo de piel y de la hora del día a la que te expongas al sol, es imprescindible utilizar protectores solares. Ellos son los encargados de aumentar el tiempo de tolerancia a los rayos solares, pero no anulan al 100% los efectos del sol en nuestra piel, por lo que la exposición siempre ha de ser controlada.
Si bien utilizar protector solar es una de las recomendaciones más importantes, aplicarlo correctamente también lo es. Por lo general, las personas usan menos de la mitad del protector necesario, lo que es casi igual a no protegerse en lo absoluto.
El protector solar se debe aplicar de forma generosa y extender una capa delgada por todo el cuerpo. Además, es importante aplicarlo al menos 30 minutos antes de la exposición solar y retocarlo cada 2 horas. Las personas también deben retocar en bloqueador después de bañarse, sudar o secarse con una toalla.
Lo ideal es aplicar el protector solar en todo el cuerpo, sin embargo otra de las recomendaciones para tomar el sol es proteger las partes sensibles. Las zonas como la cara, el cuello, el escote y las manos deben contar con protección solar, incluso, con un SPF más alto que el resto del cuerpo de ser posible.
Por otro lado, además de la loción, también se debe recurrir a otro tipo de protectores contra el sol como son los sombreros, las gorras y las gafas de sol. Unos elementos que impiden que la radiación incida de forma directa en nuestros ojos y en la cabeza. Y un indispensable en los días de playa, la sombrilla.
Todas estas recomendaciones deben llevarse a cabo incluso en las jornadas más nubladas ya que la radiación afecta de forma similar al atravesar las nubes.
Esta milenaria terapia neurosensorial –conocida como Kobido o lifting facial japonés- se realiza mediante una mezcla de movimientos rápidos y lentos, que tonifica los músculos, potencia la síntesis de colágeno y elastina y activa la circulación sanguínea.
Además, completamos el masaje facial con la aplicación de un peeling reafirmante, una Nanomask (máscara facial con activos liposomados) y una ampolla reafirmante con la garantía de calidad de laboratorios Sesderma, y fototerapia LED.
Con todo esto conseguimos no solo un «efecto lifting» momentáneo, sino también un resultado real de alisamiento de la piel y mayor firmeza y densidad, entre otros beneficios a largo plazo.
Polución, estrés, trabajo, pocas horas de sueño… Todo esto empeora el aspecto de tu rostro…
El tratamiento comienza con una limpieza profunda de la piel para eliminar impurezas y preparar el rostro para el masaje. Seguidamente, se aplican aceites o cremas específicas para facilitar el deslizamiento de las manos y los dedos sobre la piel, además de nutrir el tejido cutáneo.
El masaje propiamente dicho se divide en varias fases: inicialmente, se realizan movimientos suaves para relajar la superficie de la piel, a continuación, se emplean técnicas más profundas y rápidas, que incluyen amasamientos, pellizcos suaves, y movimientos de percusión, trabajando meticulosamente cada área del rostro, desde la frente hasta el cuello. Estos movimientos están diseñados para activar los puntos de acupresión, liberar tensiones musculares y mejorar tanto la circulación sanguínea como el drenaje linfático.
Para finalizar, se realizan movimientos más suaves y envolventes para calmar la piel y consolidar el efecto relajante del masaje. El resultado es un rostro visiblemente más rejuvenecido, luminoso y relajado, reduciendo los signos de fatiga y estrés.
La semilla de cacao, que es el componente principal del chocolate, hidrata de manera inmediata por sus propiedades como el hierro, calcio y las vitaminas A, B1, C, D y E, que mantienen los niveles necesarios de humedad y hacen que el rostro se vea más suave y saludable.
El cacao es una importante fuente de polifenoles (catequinas, epicatequinas y taninos; todos ellos de la familia de los flavonoides), teobromina, xantina y minerales (magnesio, cobre, potasio y hierro). Son todos componentes de un importante valor nutritivo y terapéutico por su actividad antioxidante y antiinflamatoria.
Además, gracias a su acción antioxidante, el cacao protege la piel del estrés oxidativo, que es uno de los factores más relevantes en el deterioro de la estructura dérmica y en el envejecimiento prematuro.
Los profesionales de la estética vieron la posibilidad de utilizar este alimento en algunas de sus terapias y componentes con la intención de aprovechar los beneficios de este fruto. Actualmente, los tratamientos de chocolaterapia se agrupan en dos grandes categorías, ambos con efectos revitalizantes para la piel y para el conjunto del cuerpo.
Efectivamente. Se cree que los flavonoides del cacao tienen un efecto protector de la salud cardiovascular por su capacidad de alterar varios procesos patológicos que intervienen en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular: inhiben la oxidación del colesterol LDL (o colesterol “malo”), poseen efecto antiagregante (evitan que las plaquetas formen coágulos) y regulan las respuestas inmunológica e inflamatoria que pueden estar alteradas en los vasos sanguíneos.
El cacao es estimulante del sistema nervioso central porque contiene feniletilamina que actúa en el cerebro desencadenando un estado de bienestar emocional y de euforia. Además, mejora nuestro estado de ánimo ya que ayuda a aumentar la producción de endorfinas.
Ahora que ya sabes más sobre los beneficios de la chocolaterapia te animamos a que lo pruebes en primera persona. Consulta con nuestro equipo de profesionales sobre éste y muchos otros tratamientos que harán realidad tus deseos de bienestar.
Nuestra clínica Armonizen es el lugar ideal para disfrutar de un masaje profesional y relajante. Contamos con un equipo altamente capacitado para realizar una amplia variedad de técnicas de masaje para satisfacer tus necesidades.
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